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lunes, 9 de noviembre de 2020

Lucifer siempre ardiente, poesía de Guillermo Camarelles Diana.nº74


                                                              Lucifer siempre  ardiente                                                                                                                   Guillermo Camarelles Diana

 Faura (Valencia) España

Agosto 2020

 Lucifer siempre me rondas y susurras locuras, desde tu hondura ardiente te llevo montado en mis hombros y no te dejo entrar ni por la cabeza ni por los pies. Tu Padre me dice cositas me da bondades y protege y cuida, que no sea tú amigo y que no me hunda en tu negrura.

 Para toda la Eternidad él te desterró de la casa del Cielo y te regalo el Infierno, te hizo príncipe de las Tinieblas, carcelero y torturador verdugo. Castigar el caos es tu mejor oficio, tu disfrute es el meter el miedo y cobrarte las desviadas almas de reyes y plebeyos, el poder del eterno fuego te lo dio Dios y no tener piedad de las aberraciones y miserias de los humanos es tu mayor placer.

 Cabreado apareces endiablado con cuernos, envuelto en la llama del Infierno, te gusta castigar la avaricia, egoísmo y maldad, de noche humeante llegas con sonidos de voces y músicas chirriantes que invitan arrepentimiento y llorar, con la muerte nos acechas, nos tientas y nos pierdes.

 Amigo Lucifer, como agua que corre hasta llegar al mar, así es la vida de los mortales, da igual como corra por ríos pequeños, riachuelos o ríos grandes al llegar al mar todas son iguales y entre nieblas que se evaporan, humos y fuego te llevas el alma del agonizante cadáver.

 

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